Infoxicación

De un tiempo a esta parte me he vuelto muy fan de este palabro. Infoxicación, un neologismo formado a partir de los términos información+intoxicación. Creo que eso ya lo dice todo, o casi todo.

Me he vuelto muy fan porque este concepto consiguió poner palabras a lo que desde hacía tiempo venía experimentando en forma de sensación abstracta y desconocida. Lo descubrí por primera vez en un artículo de Francesc Miralles (Limitar la infoxicación) en la revista Integral, que mi madre compra cada mes desde hace muchísimos años. Buscando por la red, aunque con otro título, lo he encontrado aquí. 

Hace dos años, en clase, volvimos a tratar el tema. Tuvimos que reflexionar sobre otro artículo que me pareció súper interesante y que me encantaría compartir. Es de Sergio Fanjul en El País: Atentos a todo... y a nada.

Para mí la infoxicación ha significado EXCESO, así en mayúsculas. Algo así como si me ofrecieran un menú con 20.000 platos y tuviera que elegir cuál comerme. PUF. (Lo que no sé es que probablemente habría comido tan a gusto con un menú de 3 platos).

Exceso de opciones, de opiniones, de noticias, de productos. Una oferta amplísima donde es de sentido común que no podemos asimilarlo todo. Por mucho que esta espiral parezca invitar a devorarlo todo, es empezar a comer por hambre y acabar harta, asqueada, enferma. Así por seguir con el ejemplo culinario.

Hace tiempo que intento quitarme la mochila, aligerar el peso. Hacer una criba, descartar, seleccionar, pasar por mi filtro personal toda esta mezcla y quedarme con lo que verdaderamente me satisfaga por dentro, me haga la vida más fácil y bonica. Y amordazar al gusanillo ansioso que refunfuña "si no estás a todo, te vas a perder algo vital". Corte de mangas al gusanillo, ya!

Hace tiempo tuve una conversación sobre esto en la que acabamos concluyendo que esto va con el carácter. Yo, que estoy en contacto constante con apuntes y manuales académicos, además de lo que leo/escucho/veo en los ratos de ocio, me siento a menudo tan llena de información que sólo puedo sacar. Escribiendo, bailando, corriendo, durmiendo, cocinando... Me he llegado a infoxicar hasta de música. Hasta de las revistas de moda. Esto de que vas a explotar en dosmil pedazos de letras. PUF.

Por eso veo tan importante apagar el botón de meter información. El dedicarse una temporada a escuchar la calma. A producir más que a incorporar, a crear, a descansar también. 

Y aquí paro mi reflexión, que podría estirar infinito pero que poco tiene que añadir a los dos artículos geniales del comienzo. 

Tenéis trucos para limitar la infoxicación? Me encantará saberlos!