El ejercicio físico y el equilibrio de energías

Que hacer ejercicio es bueno para la salud y el bienestar (a nivel físico, mental y emocional), lo había oído un montón de veces. Es algo así como sabiduría popular, todo el mundo lo sabe y lo repite siempre que puede cuando un amigo nos cuenta que está chof.

Nunca había experimentado en carnes propias la necesidad del ejercicio físico hasta que un día el exceso de sedentarismo, de actividad intelectual y de estrés hicieron que mi cuerpo hiciera crack!!

De pequeña-adolescente hacía baloncesto, iba dos o tres días a la semana y nunca me había parado a pensar en los beneficios que me aportaba más allá de la diversión y el sentirme parte de un equipo. Aunque sí recuerdo que después de los entrenamientos y los partidos te sentías genial.

Fue acabando mi época universitaria cuando la vida sedentaria-intelectual me desequilibró un poco y cuando descubrí el poder del ejercicio físico para hacerte soltar estrés, llenarte de una sensación de calma y bienestar y hacerte sentir más ligera. Yo, que llevaba como 8 años sin hacer nada, simplemente saliendo al campo a caminar noté la diferencia. Eso sí, tenía que vencer la vagancia crónica que me caracteriza y despegar el culo de la silla o del sofá, y era duro. 

Hace un tiempo leí este artículo de Bea de Baobab Coaching que me gustó un montón porque explica muy bien cómo el bienestar consiste en un equilibrio de energías, y cómo si sólo trabajamos alguna, nos descompensamos. Bea explica que existen 4 tipos de necesidades:

• Físicas: dormir, comer, hacer deporte...
• Mentales: aprender, leer, estudiar, trabajar con el ordenador...
• Emocionales: relaciones, actividades sociales...
• Espirituales: conexión con uno mismo y con la naturaleza

Siempre hay una necesidad que nos resulta más cómoda y donde ponemos casi toda nuestra energía. Y si tiramos sólo de un lado, antes o después haremos crack.

En su artículo, Bea nos regala esta tabla en la que explica cada una y cómo trabajarla. También ésta otra donde podemos llevar un recuento de las horas que dedicamos a estimular cada energía, para asegurarnos de que damos a todas su tiempo.

En mi opinión y por mi experiencia, el ejercicio físico compensa un montón el embotamiento causado por la actividad mental. En épocas estudiantiles considero que es esencial que busquemos la forma y que nos demos un tiempo y un espacio, casi como si fuera recetado por el médico, para esto. Para no acabar locos. 

Pero siempre algo ajustado a nuestros gustos, forma física y posibilidades económicas. Para proseguir en una actividad veo indispensable el DISFRUTE como meta, más que perder peso o ponernos buenorros o correr una maratón. 

Erika Irusta habla mucho del placer del ejercicio por el ejercicio, por el disfrute, por la conexión con el propio cuerpo. Me parece indispensable. Me parece que es LA FORMA de acercarse a hacer ejercicio por primera vez.

¿Has oído hablar del equilibrio de energías? ¿Cuál es la que te resulta más cómoda y la que trabajas más? ¿Te has propuesto empezar? ¿Es ya parte de tu rutina? (en ese caso te envidio!!)
Cuéntame, que lo que mola es compartir :)