lunes, 23 de marzo de 2015

¿QUÉ HACER CUANDO ESTÁS SATURADA O FALTA DE INSPIRACIÓN?

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Para las que tenemos blog esto es un problema frecuente, más de lo que nos gustaría. En general, para todos los que tienen un trabajo creativo, en el que tener la cabeza despejada y abierta a nuevas ideas es básico. Pero también puedes aplicarlo a tu vida en general, hay veces que estamos faltas de creatividad para encarar de manera diferente las cosas (yo le doy mucha importancia a la creatividad como forma de vida y de resolución de problemas), o también puede ser que estés con un proyecto fin de carrera o de master, o con un trabajo, lo que sea. En cualquier ámbito de la vida nos podemos sentir saturadas y faltas de creatividad.

Yo lo llamo bruma cerebral. Es como si una niebla intensa me cubriera el cerebro, me presionara la cabeza y me hiciera estar leeeenta y espesa. Normalmente me pasa después de un tiempo de trabajo frenético sostenido, y es que el cuerpo tiene sus ciclos igual que la naturaleza, y después de una temporada de actividad intensa es lógico que necesitemos descanso. No se puede estar siempre en la cresta de la ola creativa. También cuando hemos estado un mes a tope estudiando los exámenes de la uni, por ejemplo (no creo que haya nadie que se ponga a estudiar con más de un mes...), al acabar viene un periodo de bajada del ritmo y de estar con el cerebro bajo mínimos. El cuerpo tiene sus cadencias.

Pasa que nos da rabia cuando tenemos que crear y no podemos. Le exigimos al cuerpo una energía que en estos momentos no tiene, nos entra la frustración, nos machacamos e incluso intentamos sentarnos todas las mañanas delante del ordenador a forzar la máquina porque algo nos tiene que salir. Bah. Sólo empeoramos las cosas. Esto es así y cuanto antes lo aceptemos mejor porque nos vamos a ahorrar horas y horas de tiempo perdido, mal humor e incluso problemas de salud por querer forzar. Forzar es siempre la peor de las decisiones. Forzar no debe ser una opción. Te lo dice una que ha ido contra su cuerpo muchas veces por pura cabezonería.

Cuando no estamos con energía productiva-creativa, no lo estamos y punto. A otra cosa. Volverá cuando de verdad nos demos espacio, tiempo y permiso para vivir esa otra energía más baja, más contemplativa. De hecho parar de producir y dedicarte a contemplar, a nutrirte de otras experiencias y personas, es el alimento de la creatividad, que surge de la inspiración. Para recoger hay que haber sembrado primero.


Qué podemos hacer


De mi experiencia de años y años he sacado estas claves que SÍ funcionan. 

1. ¡A la mierda! 

Acéptalo. Da carpetazo y deja de insistir. Ponte un post-it en la pared del escritorio si hace falta, póntelo de fondo de pantalla, tatúatelo en la frente (no me hago responsable! jaja). Desde ya mismo, te das un tiempo, sin culpa y sin exigencias, para dedicarte a otras cosas diferentes.

2. Nútrete.

Básico: aliméntate bien, es decir, de comida que te aporte los elementos esenciales que necesita el cuerpo para funcionar bien. Pero también nútrete de experiencias, de lectura, de películas, de conversaciones con otras personas, de música, de arte. Ahora no es tu tiempo de producir sino de contemplar y recibir de fuera, de otros. Sin presiones, no te estás inspirando PARA, no hay finalidad, lo haces para disfrutar, para parar, para ti.

3. Cambia de escenario

Huye del lugar donde siempre trabajas, que ahora está lleno de energía saturada y sólo te recuerda lo que no eres capaz de hacer. Unas vacaciones a otro lugar van genial, es el máximo cambio de aires, pero si no puedes simplemente utiliza otro lugar de la casa, terraza, biblioteca, cafetería, parque... para hacer las tareas que sean imprescindibles. Esto le da un meneo a tu cabeza y te aleja del foco de presión.

4. Cambia de postura

Relacionado con el punto anterior, prueba a cambiar de postura. Vete a la alfombra del salón y tírate en el suelo a trabajar (sólo lo absolutamente imprescindible), siéntate encima de la cama, túmbate en el sofá. Huye de la postura oficial sentada en tu escritorio delante del ordenador.

5. Sal y relaciónate

Las situaciones sociales en el exterior nos agitan y renuevan. Nos estimulan, nos hacen coger perspectiva. Nos sacan de nuestro bucle mental autoflagelador  y nos recuerdan que la vida está hecha de muchísimas más cosas e incluso más importantes. Pon tu energía en estas otras cosas.

6. Empápate de energía buena

Para mí aquí el básico es perderte en la naturaleza. Te empapas de vida, escuchas sonidos relajantes y te abstraes del ruido físico y mental, experimentas el ritmo natural y tranquilo y te recuerdas que debes ir consonancia con él si no quieres hacer crack. Reconoces que la vida va por ciclos y aceptas el que te ha tocado ahora. Te recargas los pulmones del oxígeno que se te ha ido con tanto estrés. Te sientes parte de algo mucho más grande y ves que tus problemillas cotidianos son insignificantes y que el mundo no se para porque tú pares unos días.

7. Mímate

Básico para el bienestar y para compensar la caña que te estás metiendo queriendo forzar. Aquí entran los baños relajantes, las comidas ricas y sanas, ponerte guapa, encenderte velitas o incienso, pasar una tarde contigo dedicándote a tu hobby, hacerte un regalo.

8. Muévete

Aquí entra tanto el ejercicio físico (el paseo por la naturaleza del punto 6 es perfectamente adecuado o lo que a ti te guste hacer ya sea en casa o fuera) como las actividades manuales (cocinar, cultivar tu huerto, hacer manualidades, limpiar, ordenar, hacer peinados...) Levanta ese culo sedentario del sillón y re-oxigena el cuerpo. He comprobado que la mayoría de las veces en que algo no nos funciona del todo bien por dentro (mente, emociones) no tiene ningún sentido empezar a arreglarlo desde dentro, que es donde estamos bloqueadas. Lo mejor es empezar por fuera, por el cuerpo. Somos todo uno, así que en seguida se reflejará por dentro. 

9. Llora, grita, patalea

Esto lo hemos perdido los adultos porque parece una rabieta de niños, pero lo cierto es que los niños son los que se permiten ser auténticos y sin censuras. Fíjate que lo que hacen cuando algo está mal o les molesta es sacarlo fuera de estas maneras, lo hacen instintivamente, es una vía de desahogo de lo más primaria. Obviamente lo haces a solas, sin molestar a los demás, pero sacar afuera siempre es una buena idea y nos alivia un montón por dentro. Ponte música alta y llora un rato en tu cuarto (sí, puedes reírte de la estampa de loca desquiciada, de hecho la risa es terapia también), súbete a una montaña y pega cuatro gritos bien fuertes, hazte con un saco de boxeo y quédate a gusto sacando toda la rabia. 

10. Escribe

Relacionado con el punto anterior, desahógate escribiendo. Ponte una música que te inspire y saca todo lo que te pase por dentro en flow, sin censuras, sin fijarte en si haces la letra o bonita o si la frase está perfectamente construida. Recuerda: el objetivo es sacar afuera. Verás como algo duro comienza a licuarse por dentro y te quedas más blandita y relajada. Puedes destruirlo luego. Si lo guardas siempre tendrás algo a lo que volver cuando vuelvas a estar en una fase de bloqueo y te hará recordar que como todas las fases, también pasó.

11. Vístete de naranja

El color naranja se relaciona con el 2º chakra, el de la creatividad. Cuando tenemos un bloqueo creativo se dice que es porque lo tenemos cerrado, y la forma de abrirlo es rodeándote de este color. Todavía no tengo muy claro si creo en esto de los chakras, reconozco que soy escéptica y bastante racional y tengo que informarme más, pero sí que creo que los colores vivos nos estimulan el ánimo. Cómo cambia la cosa cuando te quitas la camiseta gris y te pones una roja!!

12. Respeta tus fases del ciclo menstrual

Es en la fase premenstrual cuando más perceptivas, intuitivas y abstractas estamos (esto es totalmente científico, está relacionado con la cantidad de hormonas en sangre: pico alto de progesterona). Esto favorece el punto 2 (nutrirnos de experiencias) y desata la creatividad más loca, especialmente por las noches. Una buena cosa es aprovechar esos momentos en los que, por su natural, nos invade la creatividad, que es cuando más fluido va a ser todo. La fase menstrual (bajada de la progesterona) es la contemplativa, la más zen. El cuerpo tiene que hacer un trabajo y necesita bajar el ritmo, por lo que es ideal para recordarnos que debemos parar y contemplar. 


Y tú ¿qué haces cuando estás en bloqueo creativo?



4 comentarios :

  1. Mi respuesta a esto siempre es yoga. Me refiero a que es la respuesta que me termino dando a mi misma cada vez que llego a mi momento de agobio y es siempre algo que tengo MUY a mano pero que ignoro por un rato.

    Lo de la falta de inspiración no me ocurre mucho porque creo que siempre me dejo el espacio justo para no ahogarla y porque me fascina todo lo que veo y leo. Pero la sensación de tener que llegar a alguna parte y no poder me angustia a veces hasta que caigo en que últimamente no hago mucho yoga por la razón que sea... y todo vuelve a equilibrarse. Tan sencillo y sin embargo vuelvo a caer en lo mismo, es curioso.

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  2. Muy interesante esta entrada, me la guardo a mano para cuando aparezcan esos bloqueos, que desgraciadamente son más comunes de lo que me gustaría...Ayer sin ir más lejos tuve uno, y me emperré en forzarme delante del ordenador, hasta que vi que obivamente no funcionaba y lo mandé todo a la mierda jaja En cuanto al ejercicio, como dice Amelia yo soy de las que recurre al yoga, de hecho hay posturas que estimulan específicamente el sagundo chackra ;)

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    1. Qué guay que te haya gustado el post! Y entre Ame y tú me habéis convencido: voy a apuntarme a yoga.

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