viernes, 20 de marzo de 2015

EL LADO OSCURO DE LA PRIMAVERA

La foto es mía.


Estamos a puntito de entrar oficialmente en la primavera. 

Digo oficialmente porque el día que se ha marcado en los calendarios como el primer día de primavera es el 21 de marzo, aunque en realidad, el equinoccio de primavera (en el hemisferio Norte) para este año 2015 se da hoy día 20 y además viene con eclipse y con superluna. En el hemisferio Sur este equinoccio de marzo da paso al otoño. 

Equinoccio significa "noche igual" en latín, es decir, en este punto el día y la noche tienen la misma duración en todo el mundo. El sol da justamente en el plano del ecuador de la Tierra, ni un poco más hacia arriba ni un poco más hacia abajo. Sale exactamente por el Este y se pone justo por el Oeste. 

Me encanta saber sobre los ciclos naturales, cómo se inician y se cierran y qué nos traen, de qué forma nos afectan, qué significan también simbólicamente y qué tradiciones y ritos han existido en las diferentes culturas para darles paso. La naturaleza nos influye más de lo que creemos, somos naturaleza y por tanto estos ciclos tienen su reflejo en nosotras. 

Conocer los ciclos nos permite además comprender mejor algunas cosas que nos ocurren en estas fechas y no volvernos loquísimas intentando descifrar qué narices nos pasa.


El lado oscuro de la primavera: la astenia

Pues sí, siento reventar tu burbuja pero la primavera tiene un lado bastante bastante oscuro detrás de esa apariencia dulzona, tanto que a algunas nos entran ganas de mandarla por donde ha venido y de desear con todas nuestras fuerzas el frío pelón de vuelta y la noche a las 5 de la tarde.

Sí. El lado oscuro de la primavera existe y está lleno de alergias al polen y de astenia. 

Y estos factores por separado o todos juntos y revueltos -aún peor- son algo así como el Mal, para algunas más que para otras, porque como en todo cada persona es un mundo. Pero lo que quiero decirte es que si empiezas a detectarte algunos síntomas de la lista de abajo no estás sola, hay explicación y puedes culpar a la primavera si así te quedas más a gusto:

1. Cansancio, fatiga, somnolencia.  
Te encuentras como floja físicamente, te cansas en el camino de ida y vuelta a comprar el pan, te cuesta un ratazo despertarte o tu cuerpo a todas horas pide sofá y siesta y no harías otra cosa que tirarte a ver series y a dormitar y a leer el Twitter o contestar whatsapps.

2. Cero motivación, cero concentración
Ponerte delante de los apuntes o hacer lo que hay que hacer es como lo último que te apetece en el mundo o no eres capaz de mantener tu concentración al menos a los niveles habituales. Pereza mental de la gorda.

3. Desgana y apatía
No tienes ganas de nada. Ni de tus actividades favoritas que normalmente te hacen dar saltitos de ilusión. Nada te motiva, todo te parece aburrido. Cero emociones ni positivas ni negativas: línea emocional plana, sosa, inexistente. Como una ameba.

4. Mala leche, irritabilidad
Esta es otra opción y me inclino a pensar que este cuadro es más propio de las alergias que de la astenia.


Qué puedes hacer

Nos cuesta creer que una estación realmente tenga influencia en nosotras. Somos así, a menudo infravaloramos el poder de la naturaleza. 

Mi teoría es que llegamos a X estado por una suma de causas, y no menos importante que las anteriores es el cambio de estación, que no tiene nada que ver con algo que estamos haciendo mal y que sí, que nos influye en mayor o menor medida. 

Debemos aclimatarnos al mayor número de horas de luz, a la nueva temperatura, nivel de humedad, presión atmosférica. Debemos ir abandonando nuestra cueva de osa en hibernación y asomar el cogote ahí fuera donde el sol empieza a calentar y la naturaleza a desperezarse.

La primavera es la estación del re-nacimiento y es lógica la transición desde nuestro profundo letargo invernal.

Ahí van 10 cosas que puedes hacer para hacer esta transición lo más plácida y menos cojonera posible:
  1. Reconoce la influencia de la estación en ti. Acéptala y ármate de paciencia.
  2. Descansa lo suficiente pero evita caer en el vicio y quedarte remoloneando horas y horas ¡hay que accionarse!
  3. Aliméntate bien, esto es, alimentación sana de toda la vida: frutas, verduras, cereales integrales, cero grasas saturadas y azúcares refinados... ya tú sabes.
  4. Pasa tiempo al aire libre para ir aclimatándote, coge solecito bueno y la vitamina D que nos aporta.
  5. Haz ejercicio físico suave: camina, baila, haz tablas de Pilates, pasea en bici... Pocas cosas te dan esas endorfinas y ese bienestar.
  6. Márcate pequeñas tareas que cumplir ese día y evita que la desgana te pueda.
  7. Relaciónate, ríete, despeja la mente.
  8. Puedes probar con algún complemento vitamínico natural como la jalea real o el ginseng.
  9. Dedica tiempo a hacer lo que te gusta y prueba también cosas nuevas, estimulantes.
  10. No dejes que la negatividad se te apodere y trata de pensar constructivamente.
Como ves son cosas de sentido común y se resumen en: cuídate y mímate.

Y ahora tu turno: ¿Te notas como plof estos días o apenas notas nada? ¿Qué haces para sobrellevarlo? ¿En qué medida piensas que la naturaleza nos afecta?

La primavera está llena también de muchas cosas que molan. Disfrútalas y feliz equinoccio!

8 comentarios :

  1. Hola, a mí lo que más me afecta es el otoño, ver como cada vez hay menos horas de luz no me gusta nada. Creo que es de los pocos fenómenos que me afectan. En primavera, sin embargo, suelo encontrarme mejor, me gusta el calorcito así que recibo bien esta estación pero es verdad que a veces el cansancio se nota más, pero yo siempre he culpado a pasar del frío al calor en pocos días (que es lo que suele pasar donde vivo).
    Un beso!

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    1. Sí, los cambios de temperatura, nivel de humedad etc pueden afectar al ánimo. Yo soy muy sensible a esto y lo noto más en primavera pero también está descrito en otoño.
      Beso!

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  2. Me ha venido genial este post! Así llevo yo unos días! Tal cual... Soy como un oso que acaba de dejar la hibernación...
    Un abrazo!

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  3. Es cierto que nos cuesta acostumbrarnos y ya cuando cambian la hora, letargo total jejeje pero por el solete merece la pena que se le hecha de menos. Un abrazo

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  4. La verdad es que el invierno me gusta bastante, todos los cambios siempre conllevan algo de desgana, no se, no recuerdo el año pasado si noté mucha cosa, ya veremos este.

    Te animo a que te pases a visitar mi blog, si te apetece, y me dejes algun comentario,

    un saludo

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    1. Tienes razón, los momentos de cambio pueden afectarnos al ánimo.

      Muy interesante tu blog, un abrazo!

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